HOY... TODO MAL.

Bueno... no tanto. Mal al final. Nadie pero nadie nadie está acá ni más allá... Sí, están, pero no hoy ni ahora ni los veo ni los huelo ni los siento.
Transición? Que mierda va a ser transición... Estoy cansado. Estoy solo. No estoy solo. Siento que estoy solo, o estoy solo?
Incomprendido o incomprensible... Obsesivo pelotudo.
Estoy cagado de hambre... de muchos hambres distintos. Me voy a comer comida.

HUEVOS REVUELTOS

Podría ser ella... o no. Podría despertar de una vez... o no.
Chato... Choto. O acaso es esto un despertar?
Ufffff... Otro camino para recorrer. A por él.

ARDE. PICA. DUELE.

Para qué reapareces? Porqué mís visceras me anuncian a gritos noticias en otro idioma? Puedo simplemente practicarme una cirugía en la que puedas ver y tocar de qué está hecho mi corazón ya endureciendo de ausencia?
Tenés que irte lejísimos... O tenés que estar a mi lado.
Química emocional reprobada.
Ay...

SOBRE PENSARES DERROTISTAS

Derrota futbolística por motivos de escaso rendimiento físico y técnico causa notable sensación de impotencia y deficiencia importante del sistema anímico.
Nótese en el rostro el fruncimiento de las zonas que denotan alegría. Támbien ha de tenerse en cuenta la disminución de la fuerza de voluntad para las tareas posteriores a la derrota.
Se sugiere un uso más consciente del cerebro en situaciones deportivas de tal magnitud y un interés por la práctica mínima pero efectiva sobre las destrezas que tal actividad implique.

UHHH EN QUE QUILOMBO ME METÍ

No es por la mera cuestión de la posibilidad no gratuita de andar pavoneándose, porque ya se sabe todo lo pavo que es uno. Pero otra vez me decía... "y bueh, probemos."

Heme aquí y ahora.

Solo para empezar, desgloso: la única y exquisita sensación de andar escapándole a la enmarañada cadena de fronteras mentales, es abrumadoramente vital.